viernes, junio 10, 2011

«Aunque vive Arígnota en la lejana Sardis…», de Safo

Traducción de Carlos Montemayor


 


Aunque vive Arígnota en la lejana Sardis, 
muchas veces vuelve acá en sus pensamientos. 
Cuando vivimos juntas siempre te consideró 

semejante a una diosa, 
y cuánto con tu canto gozaba. 
Ahora deslumbra entre las mujeres 
Lidias como a veces, ya puesto 
el sol, la luna de manos de rosas 

supera a todas las estrellas, 
cubre con su luz las saladas aguas del mar 
y los campos de abundantes flores, 
donde el bello rocío desciende, donde florecen 
rosas y tiernos botones silvestres 

y los tréboles se abren. 
Pero muchas veces, errabunda por el recuerdo 
de la dulce Athis, el anhelo en su 
alma delicada y la ansiedad en el corazón la devoran. 
Y con fuerza nos grita que vayamos con ella, y su grito, 

no inadvertido a nosotras, a mitad del camino 
lo hace resonar Himeneo a través de los mares…


 
Fragmento 96 del Libro III 


















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