miércoles, febrero 20, 2008

"Invierno en Chiloé", de Mario Contreras Vega





Y no hay nadie.
No hay nada.

Salvo el sabor salobre del mar que esparce el viento
entrañas de cipreses galopando en la orilla
de la lluvia.

Y no hay nadie,
no hay nada
en este invierno nuestro.

(Agazapados los hombres admiran ese viento
los árboles que vuelan sin alas en la noche
los feroces alambres que silban alumbrando…)

Y los navíos roncos de mojarse los dedos
que en la muralla verde se hunden, dormidos.




en Entre Ayes y Pájaros, 1981.







1 comentario:

Anónimo dijo...

Contreras Vega ha superado lentamente los 60 largos años de vida pero aún no ha sido descubierto en el estrecho Chile en que le ha tocado en suerte residir, alejado de la fantasiosa letanía de las grandes urbes.
Habrá que esperan que muera, seguramente.