Siempre dispuestos
a darlo todo,
los hombres de mi familia conocen
también la ira como su propia mano.
La semana pasada mi hermano me dio
un puñetazo & decidí
no dárselo de vuelta. Anoche,
baba me
criticó por mi falta
de trabajo,
de esposa,
de dios.
Amo
decirle que todo es uno
y somos lo mismo. Cuando estoy con mi madre,
le hablo como un hombre
habla sobre sí mismo: lleno
de fuego heredado,
obstinado & pausado,
mientras ambos esperamos
que nuestra sangre se seque,
que nuestros padres nos pidan volver a casa.
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