Saludando a los hermanos argentinos este 9 de julio
a Raúl Gustavo Aguirre
(El tiempo es la luz que se desgasta
el universo que se simplifica
la violencia que se dispersa
la verdad que se asienta y vuelve a su principio.)
Nos lleva ese tiempo que llevamos en nosotros.
Se lleva a sí mismo el porvenir que da vueltas en el aire.
Nos llevan los olvidos
la memoria nos lleva.
Nos llevan esos ojos que nos hacen
y los recuerdos que nos perfeccionan
y el mar que nos pregunta
la espuma que contesta.
Quedan sólo los meses más desgarrados que la lluvia
más pérfidos que los obuses del enemigo
más sutiles que los ardides del invierno.
Y sobre las grandes algas que imitan la vida
una espiral de tierra y humo ocupa el lugar que ocupabas.
Son el fragante atropello del tiempo
la leve presión del aire en los pulmones
el peso de la luz que asedia nuestra piel hasta quebrarla
la corteza porosa de un mundo que destila su nada.
Sólo queda una arruga sobre el tiempo
un deber en los ojos
un ardor en la voz
esta tarde clavada por las puntas en el día tenaz
al extremo de un año que se aferra a nosotros
para no morir:
la tranquila obsecuencia de un planeta sin fama.
Nos llevan entretanto los embriones del tiempo debajo
de la tierra.
Nos llevan los andenes
las dársenas nos llevan.
Nos lleva lo que pasa y lo que permanece.
Nos llevan otras vidas que también son nuestras
nos lleva el sol
la sal
las aguas que nos
llevan.
Y sobre los grandes terrenos ganados al día
una mirada dice:
ADIÓS.
de Canto Rodado, 1962
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