Versión de Juan Carlos Villavicencio
Este pabellón de la prefectura
se llama Retiro de los Oficiales; aquí
el ocio mismo manda, señor,
al corazón.
Al recoger el biombo
sabes que ha llegado un invitado;
los pájaros pasan aquí la noche,
una lámpara colgante muestra su lugar.
La niebla del té golpea un canto rodado,
lo repudia. Las piedras de Go resuenan,
florecen en las profundidades.
Ya que para encontrarnos aguardamos la suerte
de una vela rumbo al sur,
aprovecharé el otoño,
enviaré por correo
estos murmullos.
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