Déjenme ser
breve: al final de esto,
a alguien van a maldecir & le rezo a cualquiera
menos a Él. Déjenme comenzar
de nuevo: la noche fue hermosa pero no
romántica. Claro,
había humo & luz de lu
-na. Desde este ángulo,
casi se podría confundir la ciudad
con Estados Unidos. Éramos siete, todos nacimos
de este país antes de que existiera
este país. Era nuestro
como un gato callejero es criado
por el aire. Aún así, llamamos a esto
recobrar. Una
recuperación: las cámaras de lectura de carteles en uso
afuera de una joyería sin luz,
las palmeras bailando
como si pudieran pertenecer aquí – ciudad de gravilla
garganta & grito de templo – de frente
bendito con oro & historias
concurridas – ¿cuántas aguas
te ungieron y reclamaron
tu herencia? ¿cuántas manos
te quitaron lo santuario por derecho de
nacimiento & con-
-quista? Un nombre, por santo que sea,
puede ser una historia de una distancia
inimaginable. Sólo pudimos salir de ti
a través de la boca por la que entramos
&, ahí, Lo vimos por primera vez:
una sombra plegada en una sombra
hablando árabe en voz baja & apresurada
& por primera vez esa noche,
un familiar que yo podría pero no podría haber
conocido: un niño con lengua iluminada por la luna
prometiendo a su madre que regresará
con cada respiro – mirando
a la vuelta de la esquina: un soldado, su
pistola, esa pequeñez pre
-cisa – no podía dejar de verlo a él
o a Él, no podía deshacer esa sonrisa
de su rostro asintiendo, nuestras bocas
lindas con el inglés – hizo que uno de nosotros
se detuviera. Sólo buscó
a uno de nosotros. & ahí me acordé
de mi madre, rogando a Dios que nos
cuidara en Jerusalén, donde,
a los cuatro años, un soldado le puso una pistola
en la cabeza & tal vez fue o no fue
en este lugar exacto, & tal vez ella rezó
por el hijo equivocado pero en ese momento
recé. & no había más dios
que el espacio entre nosotros – cómo la distancia
entre mi santo & Su
santo podía resucitar a un señor
destrozado con mi aliento – & ahí comencé
a comprender cómo mi madre pudo
abandonar su derecho de nacimiento –
&, supongo, cómo lo logró.
Viva, dependiendo de tu marco
de referencia. & nosotros también. & por
algo de magia, también lo hizo ese Niño, atrapado
con el Aliento del Dios equivocado
en Su ciudad santa. Perdónenme.
Estoy tratando de entender qué hace
que la existencia de uno, en un lugar fijo, sea un acto
radical – incluso divino – y qué hace
que la existencia de otro, cerca de un específico cuerpo
de agua, sea violencia pura. Perdónenme. Escribí esto
en un aeropuerto de Estados Unidos
& su magia se me escapó.
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