Me encanta contemplar
los oscuros juncos
que crecen junto al río,
Mientras las oropéndolas
hacen su reclamo
en los tupidos bosques.
Las aguas del río, acrecentadas
por las lluvias de primavera,
se desbordan velozmente.
En el desierto embarcadero
las barcas se mecen
de un lado a otro.
en Poetas chinos de la dinastía T’ang, 1961
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