“Espejos”, de Hernán Miranda

1

 

El tiempo corre y corre

los espejos quedan

y siguen siendo espejos aún con su luneta

            cuarteada y deslucida.

 

 

 

 

2

 

No te mires con odio

Mírate con cariño

            me decían

Pero la imagen del espejo no daba su brazo a torcer.

 

 

 

 

3

 

Hubo un trozo de espejo que quedó sepultado

            entre la basura

Yo lo descubrí por puro azar

y entre la ceniza y las cáscaras de cebolla

mi rostro vi saliendo de ese trozo de vidrio

y me sentí desde entonces más real

más distante que nunca.

 

 

 

 

4

 

Cuando me incliné sobre el rostro

de aquel asesinado

me miré como ante un espejo

Los rostros de los muertos

no empañan los espejos pero igual

se empañaron mis ojos.

 

 

 

 

5

 

¿Nadie se mira dos veces en el mismo espejo?

 

 

 

en De este anodino tiempo diurno, 1990