Al oeste del pueblo,
la suave brisa de primavera
acaricia las ramas de los sauces.
La tristeza de la separación
me arranca lágrimas a torrentes.
Recuerdo aquellos años de amor.
Con ramas como estas, atan la barca
que me ha traído a mi amado.
Llanura verde, puente púrpura.
Ahora que él está ausente,
solo veo aguas que corren en vano,
y con ellas se va nuestra lozanía.
Revolotean unas pelusas.
Caen los pétalos.
Subo al pabellón.
A mis pies corre el inmenso río,
no con sus aguas,
sino con mis lágrimas.
en Poesía clásica china, 2007
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