domingo, septiembre 17, 2023

«Los buñuelos de la tía Francisca», de Juan Gelman




 

envidio como loco a los astronautas/
tienen más plata que el banco central/
les dan de comer todos los días/
es una comida especial para aguantar el vacío/

además aparecen en tv/
una mujer linda y rubia se la pasa esperándolos/ 
son discretas como tía francisca/
que nunca tuvo un sí ni un no con el tío/

aunque lo engañaba con frecuencia y nostalgia/
los buñuelos de miel de tía fran
tenían más nostalgia que varios tangos juntos/
eran más ricos que la miel y las abejas que hacen la miel y las
flores/ que dan de comer a las abejas/

los buñuelitos de la tía brillaban en la oscuridad de la cocina/
y parecían de oro o astros que se están por volar/ 
la única vez que entré a robarlos/ pisé al gato/
el gato pegó un grito que rompió la noche/

un pedazo de noche cayó sobre la cabeza de tía francisca que
abrió la puerta y me vio/
yo no le pude decir nada porque sus nostalgias me habían 
pegado la noche al paladar/
yo siempre tuve mala suerte/
una noche me clavé en el pie el único clavo de punta que 
había en toda la ciudad/

la gente me aplaudió/ decía bravo/ decía
mire que hace falta mala suerte para que le pase algo así/ 
me miraban con cierto cariño/
porque una cosa es sufrir y otra cosa es otra cosa/

para peor se me rayó el disco de ciriaquito ortiz/ 
justo allí donde dice me hago/ me hago/
y no sigue adelante para traer la ilusión que volvés/ 
su bandoneón es una ola inmóvil/ y

se parece a mi corazón/
mi corazón es un disco rayado/ 
siempre da vueltas alrededor de vos/ 
se para al encontrar tu belleza/ 
extraña.



en Hacia el sur, Roma 1981-1982


















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