la escuela persiste sola en su memoria tardía
se levanta una señal que dice hasta marzo, que dice
se van de aquí para siempre nunca. La señal marca
el lugar donde quedaron los dientes después de la golpiza
la risa agujereada bajo una boca inerte, la fotografía
donde la sangre se ve negra. Los días carcomidos
se desperezan como una tribu extinta, la pampa también
se despereza tras una lluvia pronosticada
y un muchachito de no más de siete le pregunta a otro
que qué le pasa, y le mienta a la madre, y el otro le dice
algo de sus orejas. Se acercan los muchachitos para darse
de golpes, concha de tu alcanzan a decir cuando se echan
los puños. Marzo está tan lejos cuando se hacen salir
sangre, marzo se levanta a millones de años para cuando
terminan. El eco del gimnasio es una película casera:
se ven los arcos y las líneas del suelo. El sonido duerme
entre los pliegues del verano. Los muchachitos muertos
vuelven a casa.
en El cementerio más hermoso de Chile, 2008
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