¡Vi a Dios! ¡Vi a Dios! Lo vi en el huerto, en el cerro y en los cielos. Con el cabello rubio que le seguía por el suelo, y sobre el corazón, un clavel.
¡Vi a Dios! Dejé la casa, que quedó, allá, oculta, baja, entre sus neblinas, entre el humo.
Y cruzo todo el huerto, todo el cerro, todo el cielo.
¡Vi a Dios!
¿No advierten una mujer que corre despavorida sin detenerse nunca, no ven aquella luz?
en Antología de Mística Femenina, 2023
Edición a cargo de Jimena Castro y Sergi Sancho Fibla
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