«Veinte pájaros», de Eugenia Brito

Dos poemas

 

Veinte pájaros vuelan

atormentados en el cielo

veinte pájaros blancos

sobresalen entre las altas nubes

graznan y agitan sus alas

en sonidos agudos y compactos

cuando la máquina cae sobre su lomo

y su arista

corta los tendones y las garras

una mirada abre una recta

un foco imperial y genocida

divide la carne

y el hambre

cae sobre los glóbulos blancos.

El hambre brusco del caos

el latido y la sombra del latido

un ardor buscan

el cuerpo y su siembra

la roca en que se juntan

labio y hombre

letras de aire escrutan el metal

zumban y el sonido de las horas

sube y baja

sobre los hielos   los mapas   las ciudades

Veinte cuerpos ermitaños

alterados por las mutaciones

por el grito amargo de los refugiados y los migrantes

en la balsa de la medusa

ululan

acompañando su gemido

rectangular

el cuerpo de un ave grande.

Carnicera,

se planta ante las otras desafiante.

Mira a su alrededor

y lentamente deja caer sus plumas

y grazna

melancólico canto de sirenas

practican el horror

la seducción del mal y

sus embrujos

despiertan al convulso animal que duerme

bajo la carne

y registraron sus contorsiones

desarrollaron sus documentales

Ganaron premios por ello

por el enfoque de la cámara

por la rigurosidad de los planos

por la delicadeza de las tomas

a todos ellos les salió sangre en ojos y manos

vistieron trajes a rayas

es el mundo, el mundo, el mundo

la pasión por la ruina

hasta que los dejaron en el agua

para los peces –dijeron

2022