Juana tiene 43 y está obsesionada con el chico de al lado. Scout tiene 14.
Él se puso Scout. Muy a su pesar, nadie le dice así.
Quiere ser scout pero sus padres se lo prohibieron. Papá dice que es una organización nazi. Mamá dice que está llena de fanáticos religiosos. Hermana torta dice que son una manga de homofóbicos. Pero él quiere. Quiere porque los vio una vez en la tele. Una serie yanqui, blanco y negro, niños exploradores trepando árboles y navegando en canoas y todos tenían cortaplumas y armaban carpas y usaban pantalones cortos, calcetines que les llegaban a las rodillas y aquel pañuelo scout que codiciaba tanto. A veces se amarra los pañuelos de su mamá en el cuello. Hermana torta se burla. Le dice que parece un niño-niña.
Hay una patrulla scout que se junta los domingos en el parque del barrio. Son scouts avanzados. Tienen unos 17 o 18 años. Sus uniformes condecorados con parches. Papá dice que son un montón de adultos vestidos de pendejos. Mamá sospecha que es una incubadora de pedófilos. Hermana torta les grita obscenidades cuando pasa en su bici. Él los espía desde la esquina. Una vez, después de la reunión dominical de la patrulla, Scout se amarró un pañuelo y fue a pararse al parque, al sitio donde se juntaban. Oscurecía. Vio huellas, una pila de ramas y hojas, piedras dispuestas en círculos. Cerca de un árbol encontró un libro. Se le había quedado a uno de los scouts. Era el manual oficial de los Boy Scouts of America traducido al castellano. Lo escondió bajo su camiseta y regresó a casa. No durmió esa noche.
Juana no sabe nada de los scouts. Escribe poemas y tiene un gato amarillo. En la pieza de atrás aloja a su primo lisiado. Él trabaja en una farmacia y borda en su tiempo libre. Pajaritos y ciervos, a veces flores. Le gusta bordar margaritas. A Juana le bordó unos cojines con gorriones que ella exhibe en el sofá del living. A veces ella les pasa una escobilla especial para limpiarle los pelos del gato amarillo. Primo lisiado gana poco así que no le cobra arriendo. A modo de pago le trae aspirinas y colonias de la farmacia. Juana supone que las roba, pero no le importa.
Enfrente de las casas de Scout y Juana vive el Nene luminoso. Es un niño de 8 años. Entiende cosas, demasiadas para su edad. Y es sabio. Pocos saben esto. Juana lo sospecha, Hermana torta habla con él con frecuencia, él la aconseja y ella prospera, Scout apenas nota que existe. Es más chico que él y no practica el escultismo.
Scout se encierra en el baño y lee el manual a escondidas. Mamá no lo estorba porque piensa que se masturba. Le dice a Papá que hay que respetar su privacidad, que le hace bien descubrir su cuerpo y satisfacer las necesidades propias de la pubertad. Papá no se opone. En la introducción del manual sale una breve biografía del fundador del movimiento, Lord Robert Stephenson Smith Baden-Powell. Repite el nombre varias veces, susurrándolo al espejo hasta memorizarlo. Hermana torta pasa por afuera del baño y escucha los susurros pero piensa que Scout gime en éxtasis y le grita a través de la puerta un ¡dale campeón! congratulatorio.
En las tardes Nene luminoso se sienta en el cordón de la acera. Los otros niños de la cuadra juegan a esa hora pateando la pelota, saltando cuerda, corriendo porque sí no más, pero él no se interesa. Comprende el propósito de las cosas. Hermana torta se acerca pedaleando. Se desmonta de la bici y la suelta mientras esta sigue en movimiento y camina hacia él como si nada. La bici avanza un par de metros más y cae sobre el pavimento. Hermana torta se sienta al lado de Nene luminoso. Nene le dice hey, ella responde hey.
La ventana de Juana da hacia la casa de Scout. Desde ahí ve su dormitorio. Lo observa en las noches. Antes de dormir Scout se dedica a leer y releer una revista Boy’s Life que se robó de la biblioteca del colegio. No sabe inglés pero hay muchas ilustraciones y él adivina el contenido de los artículos. Juana lo espía y siente cosas. A veces siente deseo, otras veces una sensación que podría ser maternal, pero no lo tiene claro. Lo mira hasta que Scout apaga la lámpara del velador.
Hermana torta está enamorada de Niña coja que vive al final de la cuadra. Niña coja en realidad no es coja. Fue coja el verano pasado, cuando su familia se vino a la cuadra. Se había esguinzado el tobillo y cojeó por un par de meses. Para entonces ya había quedado como Niña coja. Hermana torta le cuenta todo esto a Nene luminoso, y le confiesa que la ama pero que le da miedo acercarse a ella.
Que no sabe si Niña coja se interesa en chicas, pero piensa que quizá sí por la forma en que se viste, por el corte de pelo, porque anda en skate y porque quiere ser DJ. Nene luminoso piensa y dice quizá, pero quizá no. Y después dice que Scout a veces usa un pañuelo de señora pero eso no significa que le gusten los chicos.
Primo lisiado atiende en la farmacia del barrio. Se siente triste cuando está ahí, es la luz y el olor del lugar. Tubos fluorescentes que hacen tic tic cada tanto y el aire saturado de un olor químico. A veces se imagina que los vapores de todos los remedios se filtran por las cajitas de cartón y forman una miasma narcótica que lo medica contra su voluntad. Siempre siente que sufre de todos los efectos secundarios de todos los remedios en toda la farmacia. Y de ninguno de los beneficios. La combinación química resulta en una sensación profunda de soledad.
en Scout / El océano invisible,
Descontexto Editores, 2021
Distribuido a la fecha por BigSur
en Chile y Argentina
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