lunes, mayo 15, 2023

«Asfixias», de Louis Aragon

Traducción de Ana María Moix




a Francis Picabia 


Bulevar Bonne-Nouvelle, un joven oficinista se dirige apresuradamente a su trabajo. De repente se detiene. Risa histérica. Un testigo oye que dice:

—Si es morena.

Una mujer morena les deja atrás casi enseguida. El joven se mata. En su bolsillo había una carta agradeciendo la invitación a una cena. 

*

Suicidio o bancarrota, Desdémona se aureolaba con una trágica historia cuyos detalles no se conocían bien. Su amigo A. pasaba horas y horas jugando silenciosamente con su sombrilla. Hubo un tiempo en que prometía ser un joven con futuro. Ahora leía a Desdémona: Burlada en el umbral de la alcoba nupcial. 

El 1 de marzo en curso, y habiendo Célestin Pradelineau asesinado a su querida la «Meneos», la policía llevó a cabo una redada en el barrio de Saint-J... y sorprendió a A. en flagrante delito con una niña y un niño enclenque. A. murió́ al llegar al cuartelillo. Se encontró un papel enrollado en el forro de su sombrero. 

«28 de febrero de 1922. — Nunca he amado sino a Desdémona: la detesto. Que mi muerte no le sirva para nada: creerá́ que le mentía». 

El comisario ha llevado este papelito a la interesada. Se dice que ella va a debutar en el cine. 

*

N... (Deux-Sèvres) 

Taciturno desde la más tierna infancia, George S., nacido el 24 de enero de 1889, dio siempre muestras de ser un hijo respetuoso. Ningún arresto durante el servicio militar, ningún antecedente penal. El 2 de julio de 1912 se casa con Marie Dr., de diecinueve años de edad, hija de un notario. No la engaña. Movilizado en 1914, no deserta. En 1919 su padre le cede la dirección de un almacén de novedades. La acepta. Sus empleados coinciden unánimemente en elogiar su benevolencia. Madame S. se declara muy feliz a una amiga a pesar de que su marido sea tan poco hablador. 

El 17 de agosto de 1921, como es su costumbre, S. levantado antes que su mujer silba: ¡Adiós, Precioso, ánimo! dirá́ la criada. Baja al jardín, bina un huerto de lechugas, después se encierra en su despacho donde escribe una carta a un destinatario que permanece desconocido. Se pone su canotié y va a mandar la carta al correo. Al regresar encuentra al párroco de N..., lo saluda, después sube a la habitación de su mujer, la encuentra dormitando aún y la estrangula. Antes de partir abre las persianas, y desaparece. 
Entre sus papeles se descubre un epitafio para la víctima: Buena esposa, se lleva los remordimientos de los que no la han amado. 

El 28 de enero de 1922 encuentran a S.: es descargador de muelles en Cette. Sigue taciturno, sombrío. No se le conoce querida. Sólo declara que estaba harto. 

*

El famoso general R. cuyos éxitos no hemos olvidado acaba de presentar su dimisión. Le hemos preguntado los motivos. Nos ha respondido que los chistes cortos son los mejores. Ahora pasa sus días mirándose en el espejo. 

*

El pequeño Raoul, de siete años, hacía las delicias de su madre. Madame D. trabajaba en lencería. Sophie, su hermana, se había casado con Paul G., y las dos parejas habitaban en el mismo rellano. Madame D. sólo tenía ojos para Raoul. El gran acontecimiento de la semana era un paseo a la orilla del agua. Madame D. no dejaba al niño ni a sol ni a sombra. El 3 de enero de 1922, cuando bajaba por la escalera, se cruzó con su cuñado: tenía una mano en la barandilla. Entró de nuevo precipitadamente a su casa, miró a Raoul, estalló en carcajadas, vació los cajones y fue al encuentro de Paul que sólo había dejado a su mujer cuatro francos encima de la chimenea. Al pasar junto a la portería dijo lo suficientemente alto para que la portera la oyera: 

—Una buena experiencia para un chiquillo: eso lo hará madurar. 

En otra ciudad, un hombre y una mujer bailaron seis meses en todos los bailes. Tienen un excelente tema respecto al que bromear: una cabecita rasa en el medallón que desciende entre esos senos hechos para las palmas de las manos. 

*

Dependiente modelo hasta su boda, Vincent V. se casó el otro día con C. Todas las mañanas sale hacia el almacén a las siete y media. Pero se pasa la mañana, haga el tiempo que haga, en un banco de la avenida del Maine. Llega a almorzar con retraso y regresa precipitadamente al mismo trabajo. A fin de mes no tendrá un céntimo que dar a C. que le supone vendiendo limpiaplumas durante todo el día. Esto le regocija un poco. 

*

En 1908, el clown F. cantaba en el circo Z.: 


PRIMER ESTRIBILLO

No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 




SEGUNDO ESTRIBILLO

No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 




TERCER ESTRIBILLO

No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no volveré a casa 
No, no a c.........sa 
No, no a c.........sa 
No, no vol... a c....sa 
No, no.......... ca.. 
Nunca... vol...... c.sa 
Nunca volveré a casa 
Nunca más.... a casa 




en El libertinaje, 1924




Fotografía original: Autorretrato en un fotomatón (c. 1929)
















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