Lo que ha de ser tu voz, cerrado viento,
jardín en donde crezca toda luz,
murmurado silencio.
Lo que ha de ser tu afán, desnudo, abierto,
pájaro entre mis dedos sin terror,
desvestido silencio.
Lo que ha de ser tu entrega, decidida
búsqueda doblegada a mi estertor,
despoblado silencio.
Lo que ha de ser tu huida, agrado lento,
sin retratos de fuego en derredor,
pero de tacto helado, pie en silencio.
Lo que has de ser, lo que eres,
lámpara alimentada de interior,
hija de mi silencio.
en Antología de la poesía chilena, 1961
A cargo de Ginés de Albareda y Francisco Garfías
No hay comentarios.:
Publicar un comentario