En la palabra habitan otros ruidos, como el mudo instrumento está sonoro
y a la avaricia congelada en oro aún enciende el ardor de los sentidos.
De una palabra oscura desprendidos, la clara funden al ausente coro
y pierden su conciencia en el azoro preso en la libertad de los oídos.
Cada voz de ella misma se desprende para escuchar la próxima
y suspende a unos labios que son de otros el hueco.
Y en el silencio en que zozobra, dura como un sueño la voz,
vaga y futura, y perpetua y difunta como un eco.
en Poesía y Crítica, 1991
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