La santa explota en dádivas
el día de su consagración definitiva.
Henchida de gozo,
le brotan dones
se deshace en amor.
Nosotros los pobrecitos
agrupados
a la sombra de su extensión
para recibir los excesos.
Y ella, enrojecida,
en los segundos anteriores
presenta la fusión
con el rey de sus amores.
Se prodiga
en un derrame obsequioso
para regar las poblaciones
incluso
este oscuro pueblo de la patria.
en La santa, historia de su elevación, 1998
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