Cuando pasen los años y aún seas
un manojo de silencios esperando
la venida del día desde un cuarto
oscuro y desprovisto de otro cuerpo,
volverán mis palabras como manos que se abren
para alcanzar el surco insomne de tus párpados.
Entonces negarás mi nombre ante la noche
mientras tus miembros cansados rehúyen
el costado vacío de la cama
que nunca compartimos.
en Ceremonias de interior, 2019
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