Tu ausencia solloza en mi corazón
como una muerte inesperada y sola.
Habita en mí -oscuro árbol herido-,
como una dolorosa raíz, honda y amarga.
Vive en mis ojos de horizontes desnudos
una ciudad simétrica de resignados ángeles.
Una música apenas perceptible
como una flauta enamorada
o el volantín triste de un adolescente solitario.
El viento ensimismado
como una lagartija pensativa
varía inútilmente su itinerario trémulo.
Tu ausencia como una fuga cósmica
y un abanico introspectivo
fija la soledad, como una sombra suspendida
por una mano irreductible, como un ancla.
en Antología de la poesía chilena, 1961
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