ChuangTzu y Hui Tzu
estaban cruzando el río Hao
junto a la presa.
Chuang dijo:
«Fíjate qué libremente
saltan y corren los peces.
Ésa es su felicidad.»
Hui replicó:
«Ya que tú no eres un pez,
¿cómo sabes
qué es lo que hace felices a los peces?»
Chuang dijo:
«Dado que tú no eres yo,
¿cómo es posible que puedas saber
que yo no sé
qué es lo que hace felices a los peces?»
Hui argumentó:
«Si yo, no siendo tú,
no puedo saber lo que tú sabes,
es evidente que tú,
no siendo pez,
no puedes saber lo que ellos saben.»
Chuang dijo:
«¡Espera un momento!
Volvamos
a la pregunta original.
Lo que tú me preguntaste fue
‘¿Cómo puedes tú saber
lo que hace felices a los peces?’
Por la forma en que planteaste la cuestión,
evidentemente sabes que sé
lo que hace felices a los peces.
Yo conozco la alegría de los peces
en el río
a través de mi propia alegría, mientras
camino
a lo largo del mismo río.
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