viernes, abril 22, 2022

“Padre-nuestro”, de Winétt de Rokha





A menudo la soledad,

con su gran rumor de silencio,

merodea en mi alma.

 

Las almas oscuras de los murciélagos,

azotan ilusiones sombrías en los vidrios.

 

Friolentas, las chimeneas

echan su aliento triste,

hacia los caminos libres y sin huellas

del cielo y del tiempo.

 

La respiración de flor del niño

ahuyenta los malos espíritus,

mientras voy trizando la mirada

en la negra arquitectura de los libros.

 

Mi lámpara,

como la hoja trágica de un puñal,

atraviesa el corazón del alba.




en Suma y destino (Antología), 1951


























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