No dejes flotar tu cabellera
En el bosque del verano
Por esa luz se va al martirio
Como en Pisa
Hacia el Arno mientras la torre
Nunca cesa de caerse
Y acompáñame
Bajo el ramaje del sol estival
Que tampoco tiene muerte
Estamos
En el mármol de la hierba
Con abejas y estatuas además de la música
Con el viento en ramas doradas a la espalda
Por una sola vez en la vida
Sin mancha alguna
Con pasos que resuenan
Por escalas en el fondo del mar
Ahora tus ojos son el torbellino
Que me despierta
El más bello viaje es el que se hace en los sueños
Sin torres en peligroso equilibrio
Sin la oscuridad frenética del Simplón
Y se nada en la nada
De ríos invisibles
Pero no temas
Al agua detenida en el ojo de las agujas
Al cuerpo ahogado
Al pez sonriente
A los anillos mágicos
Ni temas a esta sombra que soy
Alrededor de tus dientes
A este cuerpo agrietado
Por antiguas sequías
A estas manos
Que son todavía el lecho donde duermes
¿Recuerdas a los amigos bebedores de vinagre?
En tus ojos hay un violín
Para no ser olvidados del todo
No pienses dos veces en un cielo sin pájaros
No vivas dos veces en el mismo espejo
El mundo es lo que se deja en el baño
Y yo vivo sólo para lo que pierdes
Como la noche se aleja de los que se mueren
Y a aquel que se pregunta por qué no se le ven los huesos
cuando habla
No sabe vestirse ni desnudarse para la vida
Ni para el fruto amarillo que lleva dentro del cuerpo
Mientras más uno se oculta más canta el gusano
Y el terror viene siempre de esas pequeñeces sin instrumentos
El cielo se derrumba de noche
Y tus ojos se derrumban todos los días sobre mi cuerpo
Lo sé y tú lo sabes
Tú que todo lo deshaces
Para que todo sea cierto
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