Versión de Juan Carlos Villavicencio
Asustado por las urracas que a la luz de la luna dejan la rama,
oigo cigarras a través de la brisa a medianoche.
El dulce olor de los arrozales promete un año abundante.
Escucha… cómo agrada al oído el croar de las ranas…
Más allá de las nubes resplandecen siete u ocho estrellas;
frente a los cerros caen unas dos o tres gotas de lluvia.
Hay una posada junto al templo de la aldea. ¡Mira!
El sinuoso sendero conduce a mi cabaña junto al arroyo.
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