En sus últimos días
el viejo poeta
llegó a la Gran Incertidumbre;
pero como se había vuelto reticente
no dio detalles sobre su estado.
Sólo sentía —declaró—
que había perdido su vida.
A cualquiera de sus poemas
yo preferiría saber lo que no dijo.
Tal vez él también ignoraba
dónde estuvo el yerro;
pero a lo largo de la conversación
sí se observa entrelíneas un dilema: el arte
es ofrenda
o vanidad.
en Obra Entera, 1999
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