1
Al poema, como al candado, es
menester echarle llave; al poema, como a la flor, o a la mujer, o a la actitud,
que es la entrada del hombre; al poema, como al sexo, o al cielo.
2
Que nunca el canto se parezca a
nada, ni a un hombre, ni a un alma, ni a un canto.
3
No es posible hacer el himno vivo
con dolores muertos, con verdades muertas, con deberes muertos, con amargo
llanto humano; acciones de hombres, no, trasmutaciones; que el poema devenga
ser, acción, voluntad, organismo, virtudes y vicios, que constituya, que
determine, que establezca su atmósfera, su atmósfera y la gran costumbre del
gesto, juicio del acto; dejad al animal nuevo la ley que él cree, que él es,
que él invente; asesinemos la amargura y aun la alegría, y ojalá el poema se
ría solo, sin recuerdos, ojalá sin instintos.
4
¿Qué canta el canto? Nada. El canto
canta, el canto canta, no como el pájaro, sino como el canto del pájaro.
5
Seguramente, arden grandes mares
rojos, y un sol de piedra, negro, por ejemplo, hincha la soledad astronómica
con su enorme fruto duro, tal vez la tierra es un gran cristal triangular, otra
vida y otro tiempo gravitan; crecen, demuestran su presencia, atornillados a la
arquitectura que canta su orden inaudito.
6
Cojo un tomate, adquiero la vieja
moneda del otoño, tomo un cinema, voy organizando aquel beso y aquel verso que
anidó en aquellas pestañas inmensas.
7
Si un volumen, únicamente, un
volumen agranda o empequeñece la astronomía del poema, incendiad el poema, no
el volumen, degollad el poema porque no aguantó el desorden necesario a la
colosal aritmética de lo pitagórico, lo geométrico, lo matemático, lo filosófico
-en el teorema expresivo-inexpresable-; ¿sobre la forma?, ¿una forma?, ¿una
ley?, ¿una voz?, ¿una luz?, ¿un régimen o un vértice?, ¿un ritmo índice adentro
de la libertad numérica del arte?, incendiad el poema, degollad el poema; el
porvenir del canto, su destino innumerable y único, exige que giren todos los
elementos épicos alrededor de su eje astronómico, amarrándose a esa justicia, a
esa presencia, a esa cordura que es el poema, el porvenir del canto, su destino
innumerable y único, exige que giren todos los elementos épicos alrededor de su
eje astronómico, amarrándose a esa justicia, a esa presencia, a esa cordura que
deviene lo absoluto, límite del límite, arte, lo exacto, lo exactísimo, arte,
lo dinámico-trágico e inmóvil.
8
¿Edificio de intuiciones? Edificio
de imágenes, sí, edificio de imágenes, que son productos químicamente puros del
no-consciente.
9
Arte de cristales electromagnéticos,
ultravioletas, extrarradiales, supravitales, equilibrio de volúmenes ingrávidos
e impávidos, libre juego de formas libres, como formas, exclusivamente como
formas, pero sometidas a la gran esclavitud del canto, a la gravitación lírica,
que es la gravitación cósmica.
10
Escoged un material cualquiera, sí,
un material cualquiera; no obstante, un material cualquiera determina la
biología del poeta, la diagnostica; escoged un material cualquiera, como quien
escoge estrellas entre gusanos...
11
Porque hay un material auténtico,
como la aceituna del soltero, la empanada del casado, o lo mismo que el vino
del día lluvioso, que es la guitarra del calendario, y un material de estafa,
de escarnio, que se parece a las locomotoras en el templo, al militar que
seduce garzas claras con la espada, gimiendo hacia adentro aquellas violetas
enfermas de tiempo y pianos sin aureola, a la higuera que produce lirios.
12
Pero se trabaja exactamente con
barro y con sueño...
13
Sólo que la alegría de la golondrina
depende de la primera gota de agua...
14
Cuando Dios estaba aún azul adentro
del hombre...
15
Es menester hacer océanos, no
fotografiando océanos, no, es menester hacer océanos con el rumor del calzón
femenino, con esos recuerdos de tamaño azul-azul, con el enorme elemento de
agua que canta en la garganta de los niños chiquitos y en la línea agrícola, y
aun con la gran ola oscura de aquel dios jodido de adentro; es menester hacer,
poder hacer una niña de pueblo con una violeta y una aceituna y una tonada; es
menester hacer la ciudad imperial de hoy con la trepidación de la gramática, aquella
cosa inmensa y mecánica, dinámica, difícil, que es, ¡por Dios!, el lenguaje
colocándose.
16
Que el poema haga reír y haga llorar
como una mujer rubia o un hermoso caballo.
17
Y, además, que se ría solo y llore
solo, y llore solo como la más morena de las colegialas, sacándose la camisa.
18
El canto, como el sueño, ha de estar
cruzado de larvas.
19
El canto, como el mundo.
20
El canto, como el genio, ha de crear
atmósfera, temperatura, medida del universo, ambiente, luz, que irradie de soles
personales.
21
Medio a medio de la poesía, Tú, lo
mismo que el sexo, medio a medio.
22
Ahora, la ronca noche, galopando
entre laureles de fuego, determina aquel gran diapasón del siglo...
23
Y un yo dormido lo calcula......
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