miércoles, enero 12, 2022

“Desierto”, de Milagros Abalo





Vine de abajo a esta cima
de arenas donde sólo la huella
infinita del viento me salva.
 
Otras han andado por aquí
bellas compañeras ahora entiendo
el rumor de sus pasos.
 
No veo orillas
todo es un resplandor de arenas blancas.
 
Quién escucha
quién entonces si atrás
quedan los que florecen en vida.
 
Perdí de noche un día el camino
trazado con tanto esmero de manos
para llegar a este desierto que
encandilada me trajo.



en Hábitat, 2018




















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