Observo las
pequeñas olas
que forma el río
entre las piedras.
Me cobija un árbol, al atardecer,
su sombra...
que observo decaer sobre los alerces
más lejanos.
Pienso en avanzar hacia el silencio,
hacia la calma verde
de aquel valle,
las suaves colinas,
el viejo maqui
bajo el cual mi padre
estiró su brazo antes de ascender
hasta la cima
de este riachuelo,
ahí, a un costado...
El río, más allá,
fluye de manera apenas perceptible.
Ingreso al agua lentamente,
dejando que el frío deshaga la piel,
la nube en aquel vórtice
que avanzo y retorno
al mismo tiempo.
El agua es más
fría acá.
El viento sopla
mientras dejo ir mi cuerpo
hacia el sol oscuro,
hacia el diáfano horizonte azul,
hacia las ramas de arrayanes.
Las pequeñas olas
sostienen mi descanso.
La puerta de madera rechina apenas,
mientras abre el paso de otros peregrinos...
que forma el río
entre las piedras.
Me cobija un árbol, al atardecer,
su sombra...
que observo decaer sobre los alerces
más lejanos.
Pienso en avanzar hacia el silencio,
hacia la calma verde
de aquel valle,
las suaves colinas,
el viejo maqui
bajo el cual mi padre
estiró su brazo antes de ascender
hasta la cima
de este riachuelo,
ahí, a un costado...
fluye de manera apenas perceptible.
Ingreso al agua lentamente,
dejando que el frío deshaga la piel,
la nube en aquel vórtice
que avanzo y retorno
al mismo tiempo.
El viento sopla
mientras dejo ir mi cuerpo
hacia el sol oscuro,
hacia el diáfano horizonte azul,
hacia las ramas de arrayanes.
La puerta de madera rechina apenas,
mientras abre el paso de otros peregrinos...
en Poesía mística de la
antigua China, 1956
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