el deseo es un lugar que se abandona la verdad desaparece con la luz
corre – ve – y – dile es tan aguda la voz del deseo que es imposible
oírla es tan callada la voz de la verdad que es imposible oírla calor
de fuego ido seno de estuco
vientre de piedra
ojos de agua estancada eso eres
me arrodillo y en tu nombre cuento los dedos de mi mano derecha que
te escribe
me aferro a ti
me desgarra tu garfio carnicero de arriba abajo me abre como a una res y
estos dedos recién contados te atraviesan en el aire y te tocan y
suenas suenas suenas gran badajo
en el sagrado vacío de mi cráneo
en Ejercicios materiales, 1993
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