lunes, septiembre 20, 2021

«Olivia en los suburbios», de Marcelo Rioseco

Dos poemas






SUICIDAS JUNTO AL ACANTILADO


Si supiéramos el momento exacto del fracaso.

Si supiéramos el momento exacto 
cuando el abismo se abrirá bajo nuestros pies 
y como un cielo negro y brumoso 
nos engullirá como animales tristes, 
demasiado cansados para pelear. 
Si supiéramos anticipadamente 
que el amor también se cubre de ceniza y odio 
y arrastra su propia perdición 
porque el amor como tantas otras cosas 
también palidece y se seca. 
Si pudiéramos borrar todas nuestras huellas 
y dejar tan sólo las cosas que detienen el aliento, 
una moneda lanzada al aire, ese gesto 
gratuito y torpe con el cual evitamos 
que nuestra vida se torciera antes de tiempo, 
un beso, escorpiones rojos y desordenados. 

Si al menos supiéramos que el fracaso 
muchas veces nos hace peores, 
que nunca aprendemos a resistir debidamente 
porque la única lección que sabemos 
es que el mejor perdón es no perdonar– 
pero no sabemos nada y navegamos perdidos 
como los suicidas junto al acantilado.







CAMPOSANTO

Otros / explotan 
la Revolución que no quieren. 
Jorge Teillier

Nunca más volveremos a ver 
aquellas desgastadas banderas rojas y negras 
el advenimiento de la Revolución, 
–ese animal desbocado 
que prometía llevarnos lejos del presente–
Sin saber que en esa época 
ya íbamos en círculos 
repitiendo las maldiciones de siempre, 
pero con nuevas promesas. 
¿Qué podíamos saber 
en esos años de confusión y muerte, 
cuando los helicópteros 
sobrevolaban las universidades 
y la policía se aprestaba 
a apresarnos a la fuerza? 
Ahora imagina este mismo sueño: 
en una extensa pradera 
convertida en un camposanto, 
una bandera ondea 
perezosamente 
sobre las cruces de esos muertos 
estremecidos 
por la fiebre de un sueño. 
En los pastos del tiempo 
todas las utopías 
se igualan en silencio.



2020


























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