Dos poemas
SUICIDAS JUNTO AL ACANTILADO
Si supiéramos el momento exacto del fracaso.
Si supiéramos el momento exacto
cuando el abismo se abrirá bajo nuestros pies
y como un cielo negro y brumoso
nos engullirá como animales tristes,
demasiado cansados para pelear.
Si supiéramos anticipadamente
que el amor también se cubre de ceniza y odio
y arrastra su propia perdición
porque el amor como tantas otras cosas
también palidece y se seca.
Si pudiéramos borrar todas nuestras huellas
y dejar tan sólo las cosas que detienen el aliento,
una moneda lanzada al aire, ese gesto
gratuito y torpe con el cual evitamos
que nuestra vida se torciera antes de tiempo,
un beso, escorpiones rojos y desordenados.
Si al menos supiéramos que el fracaso
muchas veces nos hace peores,
que nunca aprendemos a resistir debidamente
porque la única lección que sabemos
es que el mejor perdón es no perdonar–
pero no sabemos nada y navegamos perdidos
como los suicidas junto al acantilado.
CAMPOSANTO
Otros / explotan
la Revolución que no quieren.
Jorge Teillier
Nunca más volveremos a ver
aquellas desgastadas banderas rojas y negras
el advenimiento de la Revolución,
–ese animal desbocado
que prometía llevarnos lejos del presente–
Sin saber que en esa época
ya íbamos en círculos
repitiendo las maldiciones de siempre,
pero con nuevas promesas.
¿Qué podíamos saber
en esos años de confusión y muerte,
cuando los helicópteros
sobrevolaban las universidades
y la policía se aprestaba
a apresarnos a la fuerza?
Ahora imagina este mismo sueño:
en una extensa pradera
convertida en un camposanto,
una bandera ondea
perezosamente
sobre las cruces de esos muertos
estremecidos
por la fiebre de un sueño.
En los pastos del tiempo
todas las utopías
se igualan en silencio.
2020
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