Otra vez el rubio Eros
me lanza su pelota púrpura
y me invita a jugar con una joven
que calza unas sandalias de colores.
Pero ella — que es de Lesbos
la de las calles nobles — cuando ve mi barba
ya canosa, la desprecia
y humedece sus labios pensando en otra.
Σφαίρηι δηὖτέ με πορφυρῆι / βάλλων χρυσοκόμης Ἔρως / νήνι ποικιλοσαμβάλωι / συμπαίζειν προκαλεῖται• / ἡ δ', ἐστὶν γὰρ ἀπ' εὐκτίτου / Λέσβου, τὴν μὲν ἐμὴν κόμην, / λευκὴ γάρ, καταμέμφεται, / πρὸς δ' ἄλλην τινὰ χάσκει.
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