“En el borde del precipicio estaba Dios”, de Carlos Alberto Trujillo

En el borde del precipicio estaba Dios
Rondando como un pájaro que cumple
            eternamente su turno
La noche pidió autorización para entrar
            en escena
Las estrellas se aglomeraron ante sus ojos
Como constelaciones de pájaros lejanos
 
Dios continuaba inmutable en su función de sereno
Paso a paso en el borde mismo del precipicio
Como si fuera la Alameda de las Delicias
            -Santiago - Siglo XX -
Y las aves volaban  y la tierra giraba
El aire enmudecía sobre los cerros altos
Esperando la mirada de Dios
Que se perdía como un pájaro nuevo
            sobre los abismos

en Los que no vemos debajo del agua, 1986