Luego
mi parte del entierro se hizo en la pantalla, y el arroyo corrió hacia atrás al
escribir mi clave de acceso, solo que mi cifra era una palabra arrastrada por
el agua del llanto, y un inmenso amor se la llevaba hasta perderla en el
espacio tiempo del disco duro. Para intentar entrar a tu casilla, decía ahora
un banner en la pantalla del sendero, haz clic en el link de sangre con el
botón derecho. Al hacerlo se abrió de inmediato otra pantalla en la que vi mi
rostro con todos mis ojos y mis nombres que repetían el vacío de la muerte es
el fulgor de la vida, tómate esa pastilla con un vaso de tu sangre.
en El cementerio más hermoso de Chile, 2008
No hay comentarios.:
Publicar un comentario