Nuestra
puerta de paja se abre,
tranquila,
al borde del arroyo.
Indiferente a la pobreza,
vaga mi marido.
El arroz nos faltará mañana,
seguramente,
pero él no se preocupa,
si coge la azada es para ir
a plantar ciruelos en flor.
* Pi Chu. Poetisa del siglo XVIII. Su padre fue asesinado por
bandidos cuando tenía veinte años; ella lo vengó apuñalando al jefe de la
banda.
tranquila,
al borde del arroyo.
Indiferente a la pobreza,
vaga mi marido.
El arroz nos faltará mañana,
seguramente,
pero él no se preocupa,
si coge la azada es para ir
a plantar ciruelos en flor.
en
Poetas chinos, 1958
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