a Francisco Martínez,
asesinado por agentes del Estado en Panguipulli
Ahí siguen respirando
esos que levantaron la mano para jurar
ante una bandera colmada de sangre
de una estrella falsa de cabezas pisoteadas
cuidar la patria
(que si es la patria sino el pueblo que quizás)
rendir la vida
–asesinos del tiempo / guardias de patrañas–
en un mundo de desiertos con agua envenenada
laceran entre risas nuestra piel
en un universo de crueldad infinita han trizado
nuestras miradas como estrellas que deben terminar
mientras
seguimos sin ojos viendo la misma realidad quebrada
i los cuerpos lanzados a los ríos
fúnebres seguimos recordando a nuestros muertos.
5-6 de febrero, 2021
Imagen: No los perdones, saber perfecto lo que hacen, de Caiozzama
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