Nos
fue difícil el encuentro
y mucho más la despedida.
El viento de la primavera
ha perdido su vigor,
las floren se marchitan.
Miro los gusanos de seda
crear sus fibras sin cesar,
mientras tienen el aliento.
Las velas vierten lágrimas
que no se convierten en ceniza.
De mañana, ante el espejo,
temo que tu cabellera
cambie de color.
De noche, en las más altas horas,
leyendo al claro de la luna,
debes cubrirte por el frío.
La Isla de las Hadas no está lejos.
¡Oh, pájaro azul, sé mi mensajero
y visita siempre los parajes de mi amada!
y mucho más la despedida.
El viento de la primavera
ha perdido su vigor,
las floren se marchitan.
Miro los gusanos de seda
crear sus fibras sin cesar,
mientras tienen el aliento.
Las velas vierten lágrimas
que no se convierten en ceniza.
De mañana, ante el espejo,
temo que tu cabellera
cambie de color.
De noche, en las más altas horas,
leyendo al claro de la luna,
debes cubrirte por el frío.
La Isla de las Hadas no está lejos.
¡Oh, pájaro azul, sé mi mensajero
y visita siempre los parajes de mi amada!
en Poesía
clásica china, 1966
Versión de Aciro Luménics
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