
La punta como diente de arado
deja en el suelo su huella
destapando la topografía de una mente
Soy el que describe los nervios y soy
el mundo que se traza a su medida
Un reloj de arena que al voltearse
apresuró el vacío que de a pocos redime
El vacío que será completo
cuando el último grano haya partido
el mundo será entonces uno y transparente
por el día que declina
en Sueños de marioneta, 1991
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