Esto es un árbol. La raíz
dice raíz,
rama cada rama, y en la
copa
está la sala de recibo
de un mirlo que habla.
La mesa donde escribo
-una fiesta de solteras-
está hecha de madera de ese
árbol
convertida por el tiempo y
por el uso
en la palabra mesa.
Es porque da frutos que
caen
y por el gremio perenne de
sus hojas
que se renueva el árbol
y que existe la palabra árbol:
aunque a veces el bosque
lo oculte a la vista, lo
contiene
el árbol en la palabra
árbol.
Y no es que este sea un
poema abstracto.
Es que las palabras se
repiten entre sí
por el sentido: son
solteras y sociales
y de sus raíces crece un
árbol.
en El arte de perder, 1998
No hay comentarios.:
Publicar un comentario