Romper la placenta. Quebrar el huevo. Al aire los ojos.
Aletear.
Quiero tocar la tierra del valle central de Chile
pero está dentro de una bolsa
sellada y corcheteada.
Ni morir me asegura mezclarme con la tierra
a que me inclinan los días. Hasta pasarme de largo.
El féretro también es una bolsa que la envuelve
y, por fuera, mis huesos.
en Piola, 2020
LP5 Editora
1 comentario:
Los féretros, su bolsa, también se deshace con el tiempo. Y los huesos, entonces, pueden llegar a acariciar esa tierra sentida.
Lo sé por experiencia.
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