Versión de Juan Carlos Villavicencio
Se desvanecen las flores rojas, los pequeños damascos todavía verdes
mientras vuelan las golondrinas
sobre el agua azul que rodea el muro del jardín.
La mayoría de las candelillas del sauce fueron arrastradas por el viento.
No hay lugar donde no crezca la dulce hierba verde.
Fuera del muro hay un camino; dentro alguien se balancea.
Un transeúnte
oye la risa de una bella doncella dentro del círculo del jardín.
A medida que la risa del jardín se desvanece poco a poco,
para la hechicera el encantado sólo puede suspirar.
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