Palabras
como sueños que crean para ti
lo
real cuando amas
te
regresan a la casa del bosque
la
persona perdida,
o una
figura semejante a ella
que
ayer no más buscaba
las
raras piedrecillas
ocultas
por la arena en la playa.
Puedes
decir su nombre en voz muy baja,
son
palabras, palabras,
que
también sabes musitar en griego
pues
el azar
(siempre
tan ocurrente con tu vida)
te
llevó no hace mucho
a una
calle de Atenas
que
te lo recordaba a cada paso.
Repites
ese nombre y ella sigue
en la
pieza vecina donde escucha
el
allegretto de la Séptima
y lee
un libro de José María.
Y
luego puedes verla junto a ti
sonriente
con
el libro en la mano
y
oyes tu voz que dice:
-También
llega esta música hasta mí,
la
música el poema del tiempo que tú has sido
y del
tiempo que eres en la tierra en que estás,
nunca
aquí,
porque
soy el lugar del extravío,
de mi
propio espejismo de la casa y del bosque.
en Poesía completa,
2016
Editorial UV de la Universidad de Valparaíso
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