viernes, marzo 13, 2020

“Persecución”, de Rosamel del Valle





Imagino el frío de sus sienes, el frío de sus pies que desean alas. Porque no ha de ser del todo agradable ese sitio de cautividad –o de continuidad- que los reclama. Porque algo los reclama y ellos huyen como de una flor de pesado perfume. Es decir, es probable que ellos deseen un oasis de cualquier modo desamparado y libre para el delirio de sus sentidos, o, a lo más, no desean sino un sitio a pleno aire para ahuyentar sus posibles sombras de alguna manera exaltadas. Toda tentativa hacia una prisión involuntaria les desvía más pronto hacia el enloquecimiento o hacia los caminos demasiado brillantes que siempre llevan hacia alguna zona desesperada. Casi siempre, por lo demás, y como cosa particular, admiro al hombre que de algún modo logra evadirse de sus cinco sentidos.

Siquiera esta libertad, ya que otra no es posible.


en País blanco y negro, 2019
(Edición original, 1929)

Ediciones Biblioteca Nacional











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