sábado, marzo 14, 2020

«Cada día», de Long Qiaoling*





Neblina, cortina de lluvia
Cinco días, deprimentes y húmedos
Frío y crueldad, lágrimas y heridas
Estas tenues palabras
Cuánto quiero que te mantengas alejado
Autoaislarse en el hotel
Sin tiempo, sin fecha
Sin sonido ni aire
Material de escritura, de consulta psicológica
Coloca cien corazones temerosos en sus palmas
Temblor, miedo, llanto y desesperación
Tíralos a la basura con aquellos envenenadas
En un cuarto individual
Dividido en un área contaminada y otra área limpia
Lávate las manos, lávate las manos. Mascarilla, mascarilla
Obligados a corregir todos los malos hábitos
Ya todos saben que el veneno es culpa de un murciélago
Y llamar al crimen envenenamiento es describirlo a la ligera
Todavía recuerdo el veneno de hace diecisiete años
Hoy es una copia del ayer
Pero el veneno no es el veneno de ayer
El rápido contagio es también fruto del mismo humano
Muy tarde de noche, lo que más quiero
Es dar a esos murciélagos escondidos en sus cuevas
Armaduras de acero que ponerse
Grabadas con los dos caracteres de Wuhan
Deja que todos los bisturís no tengan por dónde empezar
Deja que todos sus dientes se queden sin morder




2020











* Long Qiaoling (龙 巧玲) ha trabajado como enfermera en uno de las docenas de hospitales improvisados ​​fangcang organizados en Wuhan para combatir el COVID-19. Long pertenece al Hospital Popular del Condado de Shandan, en la provincia de Gansu. Desde que estalló el brote de coronavirus, ha estado luchando en la primera línea de prevención y control junto con sus colegas. Cuando recibió la noticia de que Wuhan necesitaba urgentemente trabajadores sanitarios, se ofreció como voluntaria para ir con un equipo médico.












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