Es
necesario que por ahora observemos los escarabajos en su frente, dibujando las
arrugas perfectamente en la transparencia de sus alas.
Desde
el balcón ha construido el nido de sus impulsos, botánico, dice. Cierro mis
párpados, mantengo esa última imagen sobre la butaca, puedo deslizar mis manos
sobre la tela, y creer que es otro lugar.
¿Desde
dónde conservo ese recuerdo?
Entonces
alzo mis brazos hasta tocar lo que nos queda de cielo, y caen las últimas hojas
del nogal.
en Niñas con palillos (Antología), 2016
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