Los
árboles están brillantes de flores
y las
colinas están verdes.
El
sol está a punto de ponerse.
En la
inmensa llanura,
una
verde alfombra de hierba
se
extiende hasta el infinito.
A los
transeúntes no les importa
que
la primavera esté a punto de acabar.
Pasan,
distraídos, ante el pabellón
y
hollan las flores caídas.
en Cien
poemas chinos, 2001
Edición a cargo de Kenneth Rexroth
Traducción de Carlos Manzano
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