Traducción de Miguel Castillo Didier
No se inquietó Nerón cuando escuchó
El vaticinio del Oráculo de Delfos.
«Los setenta y tres años que tema».
Tenía tiempo aún para gozar.
Tiene treinta años. Muy suficiente
es el plazo que el dios le da
para preocuparse de los peligros futuros.
Ahora va a regresar a Roma un poco cansado,
pero cansado exquisitamente por este viaje,
que fue todo días de placer
-en los teatros, en los jardines, en los gimnasios…
Atardeceres de las ciudades de Acaya...
Ah la voluptuosidad de los cuerpos desnudos sobre todo…
Esto con Nerón. Y en España, Galba
secretamente su ejército reúne y lo ejercita,
el anciano de setenta y tres años.
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