sábado, noviembre 16, 2019

“Eterno retorno”, de Han Lang





Desde hace mucho el poder de esta provincia
va de mano en mano.
El general Li Tang predica el orden en las cuentas.
El poeta Xi Wang predica sobre la equidad.
Sin embargo, al final de cada año,
ambos disponen del maíz del pueblo,
abarrotando sus despensas.
Esto ha ocurrido durante décadas;
tal vez cientos o miles de años.

Algunos amigos, inocentes y nobles,
creen en Wang y culpan a Tang.
Otros amigos, inocentes y nobles,
creen en Tang y culpan a Wang.
Su fervor les impide ver
las débiles enmiendas de uno y otro.

Hace nueve lunas sucedió lo inesperado.
El pueblo levantó su voz
a partir de un nuevo impuesto del poeta.
Miles montaron caballos esmirriados
clamando y exigiendo
hasta que el poeta retomó las fauces
de su libertad a medias, de su democracia,
la que desde siempre ha favorecido a pocos.

Ahora vivo retirado,
observando el frugal declive de las flores,
sintiendo la brisa del océano
y bebiendo el agua fresca de los manantiales.

Mis amigos reclaman mi retorno,
y sin embargo permanezco inmóvil frente al río.
Les digo que el hombre y la injusticia van unidos,
en dirección exacta al ciclo apenas terminado.



en Poesía política de la Antigua China, 1961












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