Gastón
Soublette (92 años) nos recibe en el Instituto de Estética de la
Universidad Católica, lugar en el que realiza clases hace más de 40 años. El
destacado filósofo y musicólogo analiza parte de los símbolos mapuches
utilizados en la construcción de la nación chilena, así como lo que ocurre en
la actualidad. En días de fiestas patrias analiza críticamente
la identidad chilena, puesto que ve un empobrecimiento espiritual en la
realización personal; “¿quieren que los pueblos indígenas dejen su cultura para
que se incorporen a esta porquería?”, se plantea.
“Yo soy un
pacificista, por mí que nadie queme nada, pero yo me explico que se llegue a
esos extremos, porque si no hay justicia, lo tribunales no los escuchan, ¿qué
van a hacer? Tiene que haber una acción armada que finalmente termine por
convencer a los chilenos de que hay que devolver las tierras. Que el pueblo
mapuche dé esta lucha bien apegado a sus tradiciones como siempre lo ha hecho”,
afirma el académico.
Usted es una de las personas que más ha estudiado
los simbolismos mapuches que utilizó Bernando O’Higgins ¿cuáles son los
más relevantes?
Bernardo
O’Higgins e Ignacio Zenteno diseñaron la estrella de la bandera solitaria, que
se estrenó el 12 de febrero de 1817 en la Plaza de Armas. Ahí se mostró
por primera vez al público. Está hecha sobre la proporción áurea, que es
distinta a la proporción de la bandera actual, la cual tiene un cuadrado para
el paño azul, dos cuadrados para el banco, y tres para el rojo.
Es difícil
explicar lo que es la proporción áurea; es la geometría griega, hay un
trazo que es dividido en dos partes desiguales, de tal manera la razón que hay
del lado chico al grande, es la misma que la del grande y el todo. Según toda
esa proporción se hizo la bandera de la jura de la Independencia. Lo curioso es
que si uno mira esa bandera, ve que la estrella no está en el eje central, sino
que está inclinada, porque debe ser vista colgada, no en un palo, así la
estrella queda en el eje recto. Es una bandera de una composición geométrica
distinta a la de ahora, todo tiene un simbolismo. Es una ley que rige el
crecimiento de los seres vivos en el fondo, entonces era muy importante aplicar
eso a la bandera, porque eso significa que la nación se regía por la leyes
fundamentales del cosmos.
En cuanto a
la estrella, muchas personas cuando la veían por primera vez, le preguntaron a
O’Higgins qué representa y él dijo: es la estrella de Arauco. Entonces, como la
gente en Chile es muy superficial, bastó con esa respuesta, porque alguien
podría haberle preguntado qué es la estrella de Arauco y ahí hay otro tema, la
wuñelfe, o estrella de ocho puntas. Lautaro llevaba en su bandera de combate de
color rojo, al centro, una estrella blanca. El rojo es fuego y sangre,
pero con sabiduría, “vamos a entrar en batalla, pero no vamos a dejar de ser
humanos”, de ahí vienen "inche ka che", “yo también soy
gente”. Por eso está la estrella de iluminación en una bandera de combate.
Con eso O’Higgins quiso vincular también la nación con la sangre indígena, como
diciendo que la sabiduría tiene una raíz en el pueblo mapuche.
Si uno mira
bien esa bandera, ve que la estrella es pentagonal y normalmente la estrella
mapuche es octogonal, ocho puntas. Uno dice: es la estrella de Pitágoras, como
la de Venezuela o la de Estados Unidos, donde no es un símbolo, sino un signo,
significa el número de estados o provincias, pero aquí es un símbolo, el cual también
es espiritual, que está encima de lo material.
Entonces
O’Higgins sintetizó las dos tradiciones, la pitagórica de Europa que significa
el hombre, la preminencia del espíritu con la estrella de Arauco que representa
la iluminación, es importante que se sepa, pero a Chile le importa un comino,
los pelaos juran la bandera, pero no saben qué están jurando en el fondo.
¿Por qué cree que es una historia que no se sabe
popularmente en Chile?
Porque los
chilenos somos muy superficiales, a nadie le interesa, no lo sienten; es como
si se les hablará en chino, no lo sienten. Yo creo que de los países de
Latinoamérica el que tiene menos identidad cultural es Chile, cualquier otro
país tiene un vínculo con los pueblos originarios mucho más profundo que el
nuestro, aquí nos hemos separado totalmente de la tierra y de los pueblos que
viven en armonía, en el orden natural. Eso lo
sentía muy profundamente O’Higgins. Él tenía sangre mapuche, la señora Riquelme
era mestiza, su padre era irlandés. También el general José de San Martín.
¿En qué se observa esa falta identidad en Chile?
Los chilenos
no han entendido nunca qué es una cultura, qué es una cultura viva, por eso es
muy difícil para un chileno, que es tan superficial, entender el valor de
una cultura viva, que siempre es un valor, no un problema. Eso es muy difícil
que el chileno lo entienda, un boliviano lo entiende, un brasileño lo entiende,
en algunos lugares de Europa también.
La política
hacia los pueblos originarios es que dejen de ser indígenas y que se incorporen
a la cultura imperante. Cuando se dice eso, yo digo "no existe la
cultura imperante, se acabó, es nada más un constructo económico y
tecnológico". ¿Quieren que dejen su cultura para que se incorporen a
esta porquería? Los gobiernos no han entendido nada, entonces la resistencia
mapuche es contra esa incomprensión. Por ejemplo cuando Pinochet hizo la
división de las comunidades, sencillamente el campo del nguillatun entró en el
lote como un terreno cualquiera, entonces les contestaron "es
sagrado", pero no entienden nada.
Esta incomprensión, ¿se gestó con la
creación del estado-nación chileno?
Sí, me da la
impresión que el sector de España que vino para acá era el menos iluminado.
Cuando O’Higgins abdicó siempre temió de lo que le iba a pasar al pueblo
mapuche, preocupado del despojo, del daño que luego se realizó.
¿Cree que algún gobierno en Chile realizó una buena
gestión respecto al pueblo mapuche?
Hubo una
política de devolución de tierras que comenzó con Patricio Aylwin, quien no
creo que haya entendido mucho de lo que significa la cultura mapuche, pero vio
un problema de justicia. Una devolución de tierras muy tímida.
¿Cómo se refleja la identidad chilena en las
celebraciones de fiestas patrias?
Cada vez más
perdida. Estamos en el modelo internacional regido por el utilitarismo
norteamericano. Estamos en eso, pero identidad cultural, espiritual, ya no
existe en Chile. Eso les está pasando a muchos países, el hombre medio del
mundo perdió su cultura. Algunos países de Europa conservan más identidades, o
el pueblo Israel que se afianza a su identidad con mucha fuerza.
Los
problemas ahora son solo económicos. Cuando se habla de educación, no se
habla de contenido, solo de financiamiento, ya no se les ocurre formar a las
personas, creen que el hombre ya está realizado, que hay que darle los medios
para que se incorpore al sistema, pero no sabe que tiene adentro una energía
psíquica muy grande que debe realizarle gradualmente a través de la
vida. Dicen "egresó, ya está realizado ese hombre, solo hay que darle
los medios para que trabaje para servir al sistema". Con eso no vamos
a llegar a ninguna parte. En la educación no hay nada formativo. Para las
culturas indígenas, el hombre debe realizarse a través de un esfuerzo constante
y adquirir kimun (conocimiento), rakiduam (pensamiento).
¿Ve alguna solución respecto a la relación del
Estado con el pueblo mapuche?
Yo creo que
el pueblo mapuche no tiene nada que perder, así que va a seguir adelante con su
lucha. Y mientras más incomprensivo sea el Estado chileno, más violencia
va haber. Yo creo que el pueblo mapuche va a ganar a la larga, porque está
dispuesto a las últimas consecuencias. Morirán algunos, como
Camilo Catrillanca y otras víctimas, y existirá apoyo de otros países que
se darán cuenta de la gravedad de la situación.
en Periódico
digital Interferencia, 18 de
septiembre de 2019
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