sábado, julio 20, 2019

«Preludio a la melodía del agua», de Su Shi

Versión de Juan Carlos Villavicencio





En la noche del Festival de Mediados de Otoño de 1076, bebí felizmente hasta el amanecer y escribí esto en mis copas mientras pensaba en Zi-you.


«¿Cuánto tiempo brillará aquí la luna?»,
le pregunto al cielo, mientras bebo una copa de vino.
No sé en qué época del año
sería esta noche en el palacio allá en las alturas.
Montando junto al viento, ahí volaría,
sin embargo, me temo que el palacio de cristal
sería demasiado alto y frío para mí.
Me levanto y danzo, y juego con mi sombra.
Allá arriba como en la tierra, ¿sería acaso tan feliz?

La luna gira alrededor de la mansión roja
a través de las ventanas cubiertas de suave gasa
para arrojar su luz sobre la cama donde nadie duerme.
No debería sentir rencor por aquel hombre.
¿Entonces, por qué cuando la gente parte se hace más brillante y plena?
Los hombres sienten dolor y alegría, se separan o se vuelven a encontrar;
la luna puede ser brillante o tenue, puede crecer o declinar.
Nada ha sido perfecto desde los viejos tiempos.
¡Pues deseemos a ese hombre
vivir tanto como pueda!
A pesar de la distancia, compartiremos la belleza que nos muestra.

















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