¿Ves a este hermoso joven de Chang’an?
Canta a voz en cuello en las tabernas,
duerme en los albergues floridos,
gasta miles de monedas de oro
en las
carreras de caballos,
en las peleas
de gallos.
¿No llegaría a distraer los fondos
de la oficina
del gobierno?
Pero, de pronto, una mañana se oye
la alarma en
las fronteras
que dan las
torres de vigía.
Sale con los ejércitos sin decir adiós
ni a su mujer
ni a los niños.
Únicamente se le oye hablar de alianzas,
tratados e
invasiones.
No le asusta la muerte en el combate,
solo le teme a
la muerte sin gloria.
Siglo XVI
en Poesía
china, 1960
Rafael Alberti y María Teresa León, antologadores
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